¿Cómo empezar a escribir?
Escribir "cualquier cosa" no es fácil. Esta es la rutina que cambió mi relación con la escritura.
Hubo un día en que quise sentarme a escribir y solo puede sentarme. Quería contar una historia, pero no sabía qué decir. Mi cerebro era una ameba, un moco.
Tengo mala memoria, pero sé que ese día fue el 22 de mayo de 2021. Lo sé porque es cuando empecé a escribir un diario. Salieron 4 páginas del tirón, y al día siguiente más, y desde entonces nunca más no he sabido qué escribir.
Hoy te cuento cómo sacarle todo el provecho a un diario, la solución definitiva a no escribir.
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4 motivos por los que el diario es el Turbo que necesitas
#1. Es simple
Las preguntas Qué, Quién, Cómo, Cuándo y Dónde ya vienen respondidas. Tu único objetivo es empezar por el principio y llegar al presente.
Por el camino puedes escribir un párrafo o dieciséis páginas. Y, si una noche no te apetece escribir, puedes resumir tu día en una frase.
#2. No hay pretensiones, solo es un juego
Buenas noticias: tu diario no le importa a nadie más que a ti. Y esto no es malo; al contrario, es una oportunidad para anular el juicio crítico, la autocensura, las dudas.
Tu diario no es un proyecto personal, ni un relato, ni un proyecto de novela. Solo es un pequeño juego. Y ni siquiera tienes por qué tomártelo en serio.
Ya habrá tiempo de seleccionar y reescribir lo que más te guste. Ahora solo escribe. Te aseguro que, con un poco de constancia, saldrán un montón de ideas aprovechables.
¡Buenas noticias! Tu diario no le importa a nadie. Aprovecha esto para anular el juicio crítico y dejar de dudar sobre el valor de lo que escribes.
#3 Tu diario es más que tu propia vida
Los niños aprenden a escribir con redacciones sobre su vida, y los adolescentes se desahogan en crónicas explosivas que guardan bajo llave.
El diario de un niño y el de un adolescente no se parecen en nada. El primero es inocente y descriptivo, el segundo es explosivo y valorativo. Pero tienen algo en común: un niño y un adolescente no suelen tener bloqueos creativos. Porque lo que están contando les afecta, les importa. Lo tienen clarísimo: al fin y al cabo, es su vida.
Ahora eres una persona adulta, y eso significa que ya sabes que tu vida no es tan importante. ¡Enhorabuena! Es hora de aprovechar este nuevo conocimiento para escribir con una nueva perspectiva.
Ahora que eres una persona adulta, ya sabes que tu vida no es tan importante. ¡Enhorabuena! Aprovecha este nuevo conocimiento para escribir con una nueva perspectiva.
Ahora tu vida es solo una excusa para seguir escribiendo y tu diario puede ser literal o irónico, serio o delirante, bello o monstruoso.
Por primera vez, tu diario puede dejar de ser solo tu vida para empezar a ser algo más. ¿Literatura, quizás? ¡Literatura, me cago en Dios!
#4. Tu diario no es una idea, es una rutina
Algunas de las mejores entradas de mi diario llegaron en días en que pensaba que no había sucedido absolutamente nada.
En esos días, primero me río de la obligación autoimpuesta de escribir el diario. Y luego es cuando gana terreno el delirio, las realidades alternativas, las teorías de la conspiración, etcétera.
¿Te das cuenta de la diferencia? Antes del diario, tenía ideas pero era incapaz de ejecutarlas. Con el diario, soy capaz de escribir incluso en los días en que no sucede nada.
Ahora, tu diario puede dejar de ser solo tu vida para empezar a ser algo más.¿Literatura, quizás? ¡Literatura, me cago en Dios!
La gracia es olvidarse de la trama para mejorar el tono, el ritmo y la música de tu escritura. Y, cuando te olvides de la trama, nacerán historias, ideas, personajes. Algunos serán reales, otros solo inspirados por la realidad.
La gracia es escribir de forma más emocional y menos calculada, más práctica y menos teórica. Y llorar y reír a carcajadas frente a una pantalla, y que escribir sea una diversión y nunca un tormento.
¿Cómo empezar?
Solo pruébalo un día. Crea un nuevo documento después de cenar, apunta la fecha y después responde a esta pregunta:
¿Qué ha pasado hoy?
Otras preguntas que te pueden ayudar a avanzar son:
¿En qué estoy pensando? ¿Cómo me siento?
Y la pregunta que puede cambiar el rumbo de tu relato es:
¿Qué habría pasado si…?
¿Cómo reaccionaría el protagonista de Sin Noticias de Gurb a una comida en casa de tu abuela?
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