Escribe como un hombre, con Joana Girona
La estética de la escritura: sobre EsCriBir aSí, titular una canción 'CUUUUuuuuuute' o firmar emails "como un hombre"
El artículo más interesante que he leído este verano se llama fes-ho cUUUUUUte: ¿com escrivim a Internet? y lo firma Joana Girona, periodista especializada en cultura digital.
Trata sobre la estética de la escritura, sobre EsCriBir aSí, titular una canción CUUUUuuuuuute o escribir sin mayusculas ni acentos ni signos de puntuacion porque jsjsjshsjss literal estoy dando volteretas de la risa 💀💀💀
También sobre las diferencias sutiles en la manera de firmar un email, entre una masculinidad que quiere parecer firme y autoritaria y una feminidad que quiere mostrarse cercana y disponible.
Hoy en Turbogelatina aprendemos sobre estética de la escritura, desde el nick del Messenger hasta el copy de Tiktok, entrevistamos a Joana Girona y repasamos los puntos más jugosos de su artículo.
La lengua avanza más rápido que sus normas
Internet ha creado un nuevo contexto para el lenguaje y, por primera vez, ha puesto el habla informal en el centro. Escribimos con minúsculas o utilizando la letra k con el propósito de crear un efecto concreto. Personalizamos el lenguaje para transmitir nuestra personalidad.
El otro día, mi madre me enseñó una carta que le escribió a una amiga cercana hace 40 años. El contenido era muy cariñoso, pero la forma era sobria. Si la carta tuviera 50, 60 o 70 años, pensé, estaría redactada igual: de una manera funcional, con todas sus tildes y todos sus puntos, con un saludo y una despedida cordiales. La estética de la lengua informal escrita, tal y como la entendemos ahora, simplemente no existía.
Cuando llegó el llamado “lenguaje SMS”, la gente empezó a rcortar plabrs para ahorrarse unas pesetillas en mensajes de texto. Después, cuando las telefónicas dejaron de cobrar por caracteres, esas formas de escritura permanecieron y evolucionaron.
Y, en cuanto pudimos cambiar el nick de Messenger,
(¯`·._.·[,.-~*´¨¯¨`*·~-.¸-(_ємρєzαмσѕ α нαςєяℓσ αѕι_)-,.-~*´¨¯¨`*·~-.¸]·._.·´¯)
Los puristas de la lengua se llevaron entonces las manos a la cabeza, y a día de hoy siguen sin aceptar la realidad: no se trata de que el mundo se haya vuelto gilipollas, sino de que hace más de 20 años que la gente empezó a experimentar con el registro informal, a crear nuevos códigos y a identificarse con ellos. Las lenguas están vivas y, por mucho que la RAE trate de fijarlas, los usos siempre avanzan más rápido que las normas.
Internet es un espacio que nos ofrece nuevas formas y estilos de expresión escrita muy dinámicos. En 2002, el lingüista David Crystal ya apuntaba que este nuevo entorno digital revolucionaría el ámbito lingüístico: "La revolución ocurre pocas veces en la historia del lenguaje. El lenguaje hablado tuvo su origen hace 50.000 años; posteriormente, la escritura nació hace 10.000 años, y ahora, en nuestros tiempos, contemplamos el advenimiento de un tercer medio: la comunicación mediante los ordenadores y las herramientas electrónicas".
No es por pereza, es por hacerme el perezoso
Crear un nuevo contexto para el lenguaje no ocurre con frecuencia. Como dice Gretchen McCulloch, hoy en día "todos tomamos decisiones lingüísticas todo el tiempo"; pasamos el día escribiendo, ya sea redactando trabajos o correos electrónicos, o enviando mensajes por WhatsApp o Instagram, o publicando en Twitter. Sin embargo, es evidente que según la persona a la que nos dirigimos y desde la aplicación desde la que lo hacemos, los códigos cambian y no nos expresamos de la misma manera.
Podría pensarse que escribir siempre en minúsculas es fruto del azar o la pereza, pero en realidad el azar o la pereza son solo el efecto que se pretende crear. La manera en que escribimos responde a decisiones lingüísticas conscientes con las que construimos nuestra identidad digital.
Normalmente, la forma más correcta de escribir no es la que se percibe como la más espontánea. Mucha gente ya no ríe con “jajaja”, sino con “jsjsjsjsjs” o directamente con “jkjkjcidgjhdgjdkjh”. Esto responde a lo mismo: “jajaja” y todos los jás que le quieras añadir se perciben como una manera funcional de reír y, por tanto, una risa antinatural, porque se supone que la carcajada debería ser espontánea. La forma “jhdsjsdhksdgdj” pretende evocar a alguien poseído por un descojone incontenible, aporreando el teclado o directamente golpeándolo con la cabeza.
En el vídeo, una búsqueda aleatoria de “JSJSJSSS” en Twitter devuelve cientos de resultados.
Identidad VS Utilidad: boomers y centennials
Es importante entender que, al escribir, la generación de los más mayores, aquellos que no han crecido con Internet, los llamados baby boomers, se centran más en la practicidad. Ven el hecho de enviar mensajes como "una herramienta para transmitir información, y a veces emoción, nunca personalidad", expone Angela Low en "Why Do Boomers Text the Way They Do?", y aquí radica una diferencia clave. Nuestros padres no encontrarían inconveniente en responder "ok" durante un intercambio de mensajes, mientras que si lo hiciéramos nosotros, en otro contexto, sería interpretado como un mensaje seco o malhumorado.
Las brechas generacionales a la hora de escribir en internet ya son más que evidentes.
A su manera, la generación baby boomer también ha abrazado el registro informal para expresar emociones, con unos códigos impensables para ellos hace 20 años.
Pero estos códigos son totalmente distintos a los de un chaval de 17 años, y para darse cuenta no hay más que echar un vistazo a los emojis que usan. El único contexto en el que un centennial usaría estos emojis es irónico.
Las generaciones anteriores al boom de las identidades digitales prefieren escribir de forma correcta antes que expresarse mediante la escritura.
Autoridad VS Cercanía: ¿qué es escribir “como un hombre”?
Hay una broma recurrente en TikTok: muchas usuarias cuentan cómo en el trabajo han comenzado a "escribir mensajes de correo electrónico como los hombres", seguramente cansadas de un clima hostil y de un espacio laboral masculinizado. Pero, ¿qué significa eso exactamente? ¿Qué significa escribir un mensaje de correo "como un hombre"? Pues, según estos vídeos, significa eliminar todo tipo de cortesías y definitivamente no poner ningún signo de exclamación. El "¡Buenos días, Pere!" se convierte en "Buenos días", y el "¡No dudes en contactarme para cualquier consulta!" simplemente no existe.
Parece que, cuando superamos la fase de construir nuestra identidad, seguimos usando la escritura para reforzar la identidad que ya tenemos. En entornos más formales, como mails de trabajo, la masculinidad prefiere mostrarse firme, seca y autoritaria; mientras que una parte de la feminidad prefiere mostrarse cercana, empática y disponible.
¿Está la feminidad más abierta a experimentar con su identidad? ¿Tiene esto que ver con las nuevas posibilidades expresivas que se han abierto en los últimos 50 años para la feminidad?
¿La masculinidad se tira de cabeza al pragmatismo y la resolución de problemas? ¿Tiene esto que ver con el hecho de que los códigos masculinos han cambiado mucho menos en los últimos 100 años?
Para responder a todas estas preguntas, recibimos a Joana Girona, autora del artículo que inspiró este post.
Entrevista con Joana Girona
Joana Girona. «Crónicamente conectada» por definición y apasionada de la cultura pop desde que tiene memoria. Graduada en Periodismo en la Universitat Pompeu Fabra, con especialización en Humanidades. Colabora en diferentes medios, como Radio Primavera Sound, y ha escrito sobre cultura digital e internet en medios como el diari Ara, GQ Magazine, el Diari de Barcelona y SModa (El País).
Hola, Joana. ¿Cuáles son tus emojis favoritos?
J: Va bastante por épocas, la verdad, y eso hace que los acabe quemando un poco o que asocie un emoji a unos meses en concreto cuando no paraba de utilizarlo para TODO. Ahora mismo, me encanta usar el de la carita sonriente con el gorro cowboy, el de los ojos que miran hacia la izquierda y el del payaso.
¿Sueles utilizar otros emojis de forma irónica?
J: Me encanta usar alguna de las caras sonriendo de manera irónica aunque, por ejemplo, con mi madre nunca la usaría de esta forma porque seguramente no nos entenderíamos.
Recuerdo que tuve una época de tolerancia cero hacia las mayúsculas y desactivé el auto caps, pero luego volví a usarlas. ¿Por qué fases ha pasado tu manera de escribir en internet, desde tu adolescencia hasta hoy?
J: Me acuerdo de que cuando tenía 11-12 años estaba de moda escribir con muchas “k” o “w” y pasándose las faltas de ortografía por el forro. Después sí que evolucionó un poco y ya empecé a redactar mejor los mensajes y quizás a darle más peso a los emojis. Y ahora sí que tengo las mayúsculas desactivadas desde hace unos años.
Da la sensación de que, a medida que uno se hace mayor, cada vez está menos abierto a cambios. Dejamos de experimentar con nuestra identidad y tratamos de fijarla. ¿Crees que usar la escritura como una seña de identidad es un fenómeno limitado a la juventud? ¿Cómo crees que escribiremos cuando tengamos la edad de nuestros padres?
J: ¡Ostras!, pues es muy buena pregunta. Me da la sensación que las generaciones más jóvenes tenemos el cambio casi como seña de identidad. Internet avanza muy rápido y hay cambio constante, así que me cuesta imaginar un futuro donde nuestra expresión digital no vaya acompañada de este.
En tu artículo Viure la vida com a contingut hablas del “internet de las chicas”, un concepto que Rebecca Jennings utiliza para referirse a la parte de internet donde «pasan las cosas imporantes. Donde nace la cultura, donde se cierran las normas sociales, donde las estéticas nacen y donde se definen los nuevos argots». Hablamos de Pinterest, Tumblr o GoodReads. ¿Crees que la feminidad explora más su identidad digital, mientras que la masculinidad suele preferir una personalidad más funcional?
J: Todo este tema es muy interesante porque realmente yo soy una persona a la que le encanta internet, pero me encanta mi internet, es decir, el internet de chicas. Como comentas, sí que siento que ha sido un espacio muy liberador para las chicas donde poder expresar y compartir una identidad o unos gustos que quizás fuera de estos espacios digitales estaban castigados por la sociedad misógina.
Siento que si cojo el móvil de otra persona y hago un repaso por sus redes, la experiencia digital que recibiría seguramente podría ser muy diferente. Entonces, ¿cómo es el internet de chicos, como diría Jennings? No tengo ni idea, ni me interesa.
Parece que mucha gente usa las tendencias digitales para construir su identidad, pero las tendencias de Tiktok cambian cada semana. ¿Crees que hay un FOMO, un miedo a quedarse desactualizado, que nos hace estar aún más enganchados a Tiktok?
J: Todo en internet está hecho para que te quedes atrapado un poco, ¿no? Dicho esto, sí que creo que cada vez todo resulta más adictivo o hay más herramientas para que así lo sienta el usuario. También es cierto que poderse permitir estar “desconectado” en algunos casos puede llegar a ser un privilegio.
Podría decirse que la estética de la escritura es un tipo de identidad que “elegimos”. Pero, a la vez, la máquina de Tiktok estudia nuestros comportamientos para ofrecernos un algoritmo personalizado que es pura ciber-cocaína, así que también podría pensarse que hay una identidad digital que no se elige de forma consciente. En Viure la vida com a contingut, tú misma dices que Tiktok te conoce mejor que tu madre. ¿Crees que somos dueños de nuestra identidad digital?
J: Supongo que cada vez costará más encontrar esta identidad digital que comentas porque es ya casi imposible hablar de identidad digital sin hablar de consumismo. De todas formas, sigo pensando que las redes e internet son un espacio increíble para explorar nuestros gustos, hobbies y donde abocar todo lo que nos apetezca—es un poco contradictorio, sí.
¿Crees que el boom de los horóscopos está relacionado con la era de las identidades digitales? ¿Qué otras tendencias te parecen significativas?
J: La difusión en redes entiendo que ha sido clave para popularizar esta tendencia, al final se trata de un contenido que siempre se consume mucho porque a todos nos gusta que reafirmen nuestra personalidad de una manera u otra. No solo con los horóscopos, sino también con otros tests de personalidad muy populares, las casas de Hogwarts o el típico post/tiktok que en función del color que escojas te asigna un vestido de novia, un álbum de Taylor Swift o un estilo de diseño interior para decorar tu habitación.
¿Te gustaría recomendar algún artículo o libro sobre identidad digital, o sobre cualquier otro tema?
J: Todavía no he tenido el tiempo para leerlo, pero me muero de ganas, y es el libro de Memeceno: La Era del Meme en Internet, que es un recopilatorio de ensayos de cultura digital que tiene muy buena pinta.
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